El programa se dirige a estudiantes de secundaria y se desarrollará bajo el lema “Todos sumamos” los días del 16 al 22 de mayo

El Ayuntamiento de Valladolid, en su labor de sensibilización y educación para la convivencia en la ciudad, lleva a cabo un proyecto de animación para jóvenes, que bajo el lema “Todos sumamos”, va a prevenir actitudes discriminatorias y xenófobas en la ciudad. A través de actividades lúdicas se persigue favorecer una convivencia intercultural, luchar contra los prejuicios y fomentar valores de respeto, tolerancia, solidaridad y diversidad cultural.

En esta edición se acudirá a seis Centros de Educación Secundaria de Valladolid (los IES Parquesol, Condesa Eylo, Ramón y Cajal, Ribera de Castilla y los centros concertados Sagrada Familia Hijas de Jesús y Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús.) Sus destinatarios por tanto son el alumnado de Educación Secundaria.

Las jornadas tendrán una duración de una mañana en cada centro y se desarrollarán del 16 de mayo al 22 de junio. Las actividades a desarrollar serán lúdicas: tertulia, percusión, capoeira, juego clown, talleres de teatro, bailes etc., buscando siempre que sean atractivas e interesantes, para que nuestros jóvenes disfruten y se diviertan, a la vez que abren su mente a nuevas realidades y formas de entender el mundo.

La concejala de Servicios Sociales, Rafaela Romero, apunta que con estas jornadas se persigue la máxima participación, que les llevará “a descubrir que todos somos diferentes y todos aportamos, de ahí el nombre del proyecto todos sumamos y sobre todo conseguir un enfoque crítico contra la discriminación”.

Además Romero hace hincapié en la necesidad de que los compartan una visión amplia de la diversidad, basada en el respeto a las diferentes formas de entender la vida y sus manifestaciones en los ámbitos de la persona (perspectiva de género, orientación sexual, valores religiosos, identidad cultural, etc.)”, ya que con ello se logrará un gran avance en la prevención de conductas intolerantes y discriminatorias, que alteran gravemente la convivencia.

La riqueza de un país no se mide sólo en términos económicos, sino también atendiendo a los valores y educación de sus habitantes. Por ello es fundamental prevenir actitudes radicales, que encuentran terreno abonado en épocas de crisis y consiguen a través de discursos demagógicos crispar la convivencia y atentar contra los principios fundamentales del estado de derecho. “Estamos obligados, como administración más cercana al ciudadano, a transmitir que toda persona, por el hecho de serlo, se hace acreedora de unos derechos invulnerables” afirma la concejala.